Texto 1: Lenguaje corporal

A lo largo de la vida las personas, se ven enfrentadas a diversas situaciones en las cuales obtener o no el resultado deseado dependerá de que tan bien se desempeñen en estas. Desde una exposición en el colegio hasta en una entrevista de trabajo, el éxito depende de dos factores: el lenguaje verbal y el lenguaje corporal.

El termino de lenguaje corporal o kinésica se refiere a aquellos movimientos corporales consientes o inconscientes que poseen un valor comunicativo; “en términos concretos, la lectura corporal incluye la consideración sistemática de la expresión general, expresión facial, postura, actitudes, gestos, cualidad de los movimientos, forma de respirar, cualidad energética y tono muscular”(Fernando Poyatos 1994, II: 185-186). Ahora bien, la mayoría de las personas dan mayor importancia al contenido verbal de sus conversaciones y por lo general son conscientes de los movimientos de los demás pero los ignoran asumiendo que se trata de gestos sin sentido. Lo cierto es que del 55 al 80% de nuestra comunicación es a través del lenguaje corporal por lo tanto, su uso en la cotidianidad es mucho más importante de lo que se cree.

Para de entender como su uso nos beneficia, es necesario conocer todos los tipos de lenguaje corporal. Como primer aspecto se encuentran los gestos, una forma de comunicación no verbal que permite expresar variedad de emociones y pensamientos de manera intencional o no. Por ejemplo morderse las uñas, pellizcarse las manos o el cuello son gestos que se utilizan para manejar emociones de ansiedad, tensión o nerviosismo que no se quieren expresar.

En segundo lugar están las manos las cuales intervienen cada vez que nos comunicamos con los demás. El movimiento de las manos se utilizado para enfatizar ideas, es decir, para lograr una mejor comprensión de lo que se dice verbalmente, por otro lado, si se utiliza en exceso puede significar nerviosismo. La posición de estas en una mesa de reuniones por ejemplo, podría determinar quién es el jefe quien generalmente une las yemas de los dedos de ambas manos o los apoya sobre la mesa. Incluso en el simple acto del apretón de manos la mano de quien domina la situación siempre va hacia arriba. Es pues, en esencia, un símbolo de poder.

La mirada es el tercer aspecto a analizar. Para establecer jerárquica la mirada es un arma muy importante. Se utiliza para analizar y conocer al otro por lo que al establecer contacto directo también se transmite poder y confianza. Bajo la mirada de una persona con poder las personas suelen ser menos propensos a cometer actos poco éticos y más propensos a obedecer al otro. Por ejemplo, al momento de querer obtener lo que se quiere una mirada imponente puede intimidar al otro y hacer la diferencia en el resultado esperado.

Por último se encuentra la postura. Al igual que nuestra forma de vestir la postura deja ver mucho de nosotros. Aquellos que adoptan una postura retraída como la cabeza baja o los hombros encogidos tienden a tener menos confianza mientras que aquellos que adoptan una postura victoriosa (brazos y cabeza elevada y torso estirado) son clasificados como confiados y entusiastas. En un experimento se hizo que un primer grupo de personas tomara una posición retraída y un segundo grupo  una pose victoriosa para luego tomar una entrevista de trabajo. El segundo grupo  fue más exitoso que el primero, según los entrevistadores transmitían más confianza, esto se debe a que esta posición incrementa los niveles de testosterona y disminuye los de cortisol. La postura corporal de algún modo influirá en el resultado de cualquier situación.

Si se quiere obtener una buena calificación, ser aceptado por una universidad u obtener un trabajo el uso adecuado del lenguaje corporal puede hacer la diferencia. Se trata de una herramienta al alcance de todos que puede ser usada en nuestro beneficio, es cuestión de conocerlo y usarlo adecuadamente y así tendrá las cartas a su favor. En cualquier situación, a la hora de la verdad, el lenguaje corporal hablara por si solo.